El asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo


El asesinato del heredero del trono austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando de 
Habsburgo, en Sarajevo en junio de 1914, desestabilizó el precario equilibrio de fuerzas 
políticas en Europa y estimuló nuevas aventuras y codicias por ganar territorio e influencia.


Austria declaró la guerra a Serbia en represalia por el asesinato. Poco después las cosas se 
complicaron y empezó la Gran Guerra, la que se decía que iba a ser la “guerra para acabar 
todas las guerras”, que no hizo más que dar pretextos para nuevas contiendas. En pocos 
días los cuatro grandes poderes de Europa estaban enfrentados. El uno de agosto, el káiser 
alemán declaró la guerra a su primo el zar de Rusia. El día tres, Alemania declaró la guerra 
a Francia, y el cuatro, Gran Bretaña la declaró a su vez a Alemania en respuesta a la 
agresión germana contra Bélgica. La prensa de la época quedó envuelta en las pasiones 
nacionalistas del momento. Pero algunos periódicos no dejaron de destacar que aquella 
locura colectiva no iba a hacer otra cosa que conducir Europa a una enorme catástrofe. 




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